Berkshire, Lindt y el Arsenal: las acciones más exclusivas del mundo
¿Qué pueden tener en común Warren Buffett, los bombones Lindt y elArsenal Football Club? Por increíble que parezca, la exclusividad de sus acciones. Hoy, los títulos del fondo de inversión Berkshire Hathaway, los de la chocolatera suiza y los del equipo de fútbol londinense son los que tienen un precio más alto en bolsa.
La primera de este prohibitivo ranking es la firma de Buffett. En concreto, sus acciones valen 128.420 euros cada una, un precio que bien puede alejar a la mayoría de los inversores que se mueven en el mercado. El origen de esta firma es textil, ya que era una empresa dedicada a este sector, pero en 1962, Buffet entró en la empresa y pronto cambió el negocio hacia los seguros y otras inversiones.
Actualmente, esta compañía se dedica a una infinidad de actividades, que van desde la venta de joyas a la fabricación de ladrillos, por lo que no es de extrañar que el multimillonario tenga en tan alta consideración esta empresa como para que sus títulos tengan el mayor precio del mundo.
Este año, el grupo compró la empresa de productos alimenticios H.J.Heinz, más conocida por su famoso ketchup, por la cantidad de 28.000 millones de dólares (20.742 millones de euros) en una de las operaciones más sonadas del año. No obstante, Buffett siempre sorprende y este tipo de adquisiciones son bastante frecuentes en Berkshire.
Un bombón de 35.000 euros
El chocolate es la gran pasión de muchas personas en todo el mundo, por eso la empresa chocolatera suiza Lindt considera que sus acciones tienen que estar en consonancia con esa pasión, pues adquirir una sola de ellas cuesta la friolera de 34.424 euros.
Para la compañía, la calidad de sus productos es indiscutible y, sacando partido a la tradición chocolatera suiza, ha colado a sus títulos en el pódium de los que tienen un precio más elevado.
No obstante, Lindt también piensa en los inversores que quizá no dispongan de tanto dinero y también quieran entrar en el accionariado de la firma, pues tiene otro tipo de acciones, a las que llama participaciones certificadas, que cuestan sólo alrededor de 3.000 euros cada una, aunque sus tenedores no tienen derecho a voto en las juntas.
Para hacerse una idea del volumen al que trabaja esta empresa, cabe destacar que el último dividendo que repartió ascendía a 400 euros, aunque, teniendo en cuenta el precio de las acciones, la rentabilidad que ofrece no es muy elevada, sólo de un 1,2%.
Fútbol de lujo
Si el chocolate vuelve locos a muchos, el fútbol lo supera con diferencia. Es el deporte con más aficionados en el mundo y cada vez crece más en mercados en los que no es tan habitual, como el asiático o el oceánico. El Arsenal ha querido sacar ventaja del interés que muchos jeques árabes están mostrando por el deporte rey y ha conseguido que sus acciones sean las terceras con mayor precio, a 18.558 euros el título.
La fortuna del Arsenal no procede solo del fútbol. En realidad, la sociedad es un holding de empresas que agrupa diferentes negocios, entre los que destaca el inmobiliario. Además, también saca mucho partido de la gestión de su estadio, el Emirates, uno de los mejores de Europa y que alquila para diferentes eventos.
Acciones con precios altos, productos baratos
A pesar de que estas tres firmas cotizan alto en bolsa, comercializan productos bastante asequibles y que casi cualquiera puede comprar. El caso más paradójico es el de Berskshire, pues, aunque tiene las acciones con el precio más alto, su producto es el más barato, pues es posible comprar un bote de 570 gramos de ketchup Heinz por unos 3 euros. Es decir, que con lo que vale una acción se podrían comprar unos 42.800 botes de ketchup.
En cuanto a Lindt, actualmente se puede comprar una caja de chocolates de la firma de más de 300 gramos por menos de 10 euros, un precio muy acorde con el resto de marcas de bombones más habituales. Es decir, con una acción de Lindt se pueden comprar unas 3.440 cajas de bombones.
En el caso del Arsenal, por unos 57 euros es posible asistir a un partido del equipo en el Emirates, lo que significa que, con lo que vale cada acción, se pueden comprar unas 325 entradas para ir a ver el fútbol.
En cualquier caso, la opinión de los expertos no es muy favorable a estos precios. El motivo: alejan a potenciales inversores. Así lo cree el estratega de IG Daniel Pingarrón, quien asegura que esta práctica tiene más desventajas que ventajas.
“Si las acciones están en un menor número de manos, se crea más dependencia de los pocos inversores que hay”, resalta. De igual modo opina la responsable de análisis y producto de Selfbank Victoria Torre, quien cree que estos precios limitan el acceso a nuevos inversores, “aunque puede dar imagen de prestigio”.
Sea como sea, a estas tres firmas parece no importarles que no muchos puedan comprar sus títulos, de hecho, parece que ese es el objetivo, pues refuerza la idea de lujo y exclusividad que las rodea.
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